El Templo de Debod es uno de los lugares más recomendables para ver en Madrid, con una belleza impresionante y desde donde se pueden ver los mejores atardeceres de la capital.
En este artículo le damos contexto a esta increíble obra egipcia que tenemos la suerte de tener tan cerca. Descubre Debod.
Templo de Debod actual
El marco geográfico e histórico en que nació el Templo de Debod
La situación de Debod en Egipto
El Templo de Debod se encontraba originalmente en Nubia, al sur de Egipto, la tierra del oro, marfil, animales y plantas exóticas. Se encontraba al comienzo de Nubia, a unos veinte kilómetros al sur de la isla de Philae. Fue erigido en pleno desierto, sobre una pequeña meseta llana y inclinada hacia el valle del Nilo. Delante del templo había una estrecha zona más baja, que era afectada cada año por la inundación del Nilo y beneficiaba los cultivos.
Desde la ribera del río se llegaba por una vía de acceso de unos 200 metros que arrancaba de un embarcadero. Las excavaciones en las antiguas necrópolis nos aseguran que Debod debió mantener siempre un pequeño núcleo rural de agricultores debido a la ribera de Nilo beneficiada por la inundación. La época de mayor riqueza y mayor densidad de población fueron los tiempos greco-romanos, a los que pertenece el templo.
La palabra ta hwt, Debod en egipcio, es una de las formas habituales de designar el templo en esta lengua. Propiamente, significa la morada, la estancia, y, por extensión, la morada del dios, el templo. Era uno de los sitios venerados, todos relacionados entre sí, dentro de una ruta sagrada para los peregrinos que acudían hasta el santuario principal consagrado a la diosa Isis en Philae, en Nubia. Más que a Isis, es al dios Amón al que se adora en Debod al construirse inicialmente el santuario.
Diosa Isis
En esta época comienza a jugar un papel crucial la diosa Isis, venerada en Philiae. El culto a esta diosa fue ganando más y más adeptos en todo Egipto, ya que representaba a la madre bondadosa, la esposa fiel que cría y educa a Horus. El templo de Debod, a veinte kilómetros del de Philiae, donde según la leyenda Isis dio a luz a Horus (otra versión afirma que en Debod sintió el dolor del parto que se produciría en Philae), era el primero de estos hitos de culto popular a la diosa, que atrajo a poetas, pensadores y escritores de la Antigüedad en eruditas y humanas peregrinaciones. En la época de los romanos, fue también el culto a Isis un instrumento valioso de influjo político sobre los egipcios, y estos templos fueron visitados por emperadores como Trajano y Adriano.
Por influjo de esta corriente religiosa, el templo de Debod fue orientándose hacia el culto de Isis, un santuario secundario de la ruta de las peregrinaciones. Todas las reformas que la capilla de Adijalamani recibió, fueron llevadas a cabo por los ptolomeos de Alejandría, y se orientan en adorar a Isis, superponiendo su culto al de Amón.
Tan importante fue la fidelidad a Isis en la región, que cuando el emperador Teodosio dio, en el 391, su edicto por el que cerraba todos los templos paganos y el cristianismo se convierte en la religión oficial, solo quedó tolerado el culto profano de Isis en Philae.
El Templo de Debod hasta su traslado a Madrid
Impuesto el cristianismo en Nubia por Justiniano, tras sus victorias sobre los nubios, e incorporada al imperio bizantino la parte del país más septentrional y cercana a Egipto, hay algún indicio de que el templo de Debod fue transformado en cristiano, aunque esto no afectó a la estructura del monumento. Tal vez fue usada como habitación, pero ni durante el cristianismo ni cuando la baja Nubia fue islamizada en tiempos de Saladino, a finales del siglo XII, se puede asegurar el uso del templo. Sin embargo, es evidente que su deterioro y destrucción se ha llevado a cabo en el siglo XIX, sobre todo a finales de este siglo.
El primer viajero que vio el templo de Debod y dejó referencia gráfica del mismo con una leve descripción fue el danés Frederic-Louis Norden, que en 1737 navegó por la baja Nubia partiendo de Egipto, hasta llegar a Derr, pasando dificultades por la hostilidad de sus habitantes. Sin bajarse del barco, dibujó el monumento con la ayuda de un catalejo marino.
El templo de Debod en 1737.
En ellas podemos observar las estructuras que quedaban en pie en el siglo XVIII. Es visible el embarcadero, con sus muros delimitando la vía sacra que lleva al templo, y se conservan en pie los tres pilonos, aunque ya se habían perdido las torres laterales, a excepción de una de ellas, en el segundo pilono, que permanecía aún en pie. Por lo que se refiere al edificio principal, éste se conserva íntegro.
Un siglo más tarde, en 1819, el testimonio del arquitecto C. Gau dejó una importante descripción del templo y sus relieves. Se puede observar todavía un conjunto bastante completo, aunque han desaparecido, robadas sus piedras, la torre del segundo pilono y parte del embarcadero, aunque se conserva el muro perimetral del santuario.
El templo de Debod en 1819
Será a lo largo del siglo XIX, cuando el templo sufra una destrucción más amplia de sus estructuras, debido tanto a causas naturales como, sobre todo, a la acción humana. A través de testimonios gráficos y de descripciones casi contemporáneas a los hechos se puede comprobar los estadios de su degradación.
Entre 1851 y 1875 se hunde definitivamente la fachada y gran parte del vestíbulo a causa de un terremoto (1868), como se ha insinuado, o por el robo de los sillares, como parece desprenderse de los documentos gráficos citados.
Entre 1896, fecha en que tenemos la última mención de que aún permanecía en pie, y 1906, el tercer pilono, el más cercano al templo, se derrumba a causa del pillaje de sus piedras por los habitantes de la zona.
En 1907, se inicia la segunda fase de construcción de la Presa vieja de Asuán. El embalsamiento de agua supuso la inmersión de los templos de la Baja Nubia durante la mayor parte del año. Como paso previo, el Service des Antiquités de l’Egypte desarrolló una labor de investigación, documentación y reconstrucción de estos templos. El templo de Debod fue reconstruido entre 1907 y 1908 por el arquitecto egipcio Al Barsanti, mientras que el estudio y descripción del monumento recayó en G. Roeder, quien dejó lo que todavía hoy es la obra fundamental sobre este templo.
Estado del templo de Debod antes de su reconstrucción por G. Gaspero y Al-Barsanti, con su tercer pilono ya desaparecido después de 1986.
Durante los cincuenta años siguientes, el templo estuvo sumergido de ocho a diez meses bajo las aguas de la presa de Asuán. El acceso al templo era posible en verano. Durante este largo espacio de tiempo y bajo tales condiciones, el templo sufrió graves alteraciones. El primer pilono se derrumbó y las paredes fueron erosionadas, perdiendo nitidez los relieves. Pero el mayor daño fue la pérdida de los restos de pintura que recubrían paredes y techo de la capilla de Adijalamani y que todavía pudo contemplar Roeder.
Templo de Debod inundado en las aguas del Nilo.
El templo en Madrid
En el año 1955 se iniciaron los estudios preliminares de una nueva presa más grande y de mayor capacidad que sustituyera a la antigua, ya insuficiente. La amenaza que esta nueva presa suponía para los yacimientos y monumentos arqueológicos, con un lago artificial, el lago Nasser en Sudán, hizo reaccionar a la comunidad internacional que a través de la Unesco organizó una «Campaña de Salvamento de los Monumentos de la Nubia», con gran éxito de participantes y ayudas, tanto económicas como científicas y técnicas.
Desde un primer momento, el gobierno egipcio estableció que algunos templos serían donados a países participantes en la Campaña, como agradecimiento a su destacada colaboración. El templo de Debod fue el primero en ser desmontado, tras una breve excavación por arqueólogos polacos, en 1960, siendo sus bloques depositados en Elefantina hasta que fuera decidido el país de destino.
En 1964 el Gobierno español solicitó el templo de Debod para su instalación en nuestro país, petición que sería finalmente aceptada en 1968. En 1970 se eligió Madrid como sede del monumento, determinándose el solar del antiguo Cuartel de la Montaña como ubicación definitiva.
El templo llegó a España en 1970, procedente de Alejandría. Durante los dos siguientes años se procedió a su instalación, que supuso no sólo la restauración de las piedras conservadas, sino también una reconstrucción de las partes exteriores perdidas, la fachada y el vestíbulo.
La instalación se completó con el diseño de un parque, cuyo elemento central fuera el templo, poblado con palmeras y con un pequeño estanque alrededor del edificio. Las obras culminaron en 1972, año en que, tras la inauguración oficial, fue abierto al público.
Puedes visitar el templo de Debod en el Parque del Oeste, de entrada gratuita en la Calle Ferraz, 1, 28008 Madrid.
Horarios:
De 1 de octubre a 31 de marzo:
Martes a viernes de 9:45 a 13:45 y de 16.15 a 18.15 horas
Sábados, domingos y festivos de 9:30 a 20:00 horas.
De 1 de abril a 30 de septiembre (excepto agosto):
Martes a viernes de 10 a 14 horas y de 18 a 20 horas.
Sábados, domingos y festivos de 9:30 a 20:00 horas.
– Puede concertar una visita guiada (todos los sábados de 11:30 a 12:30 horas) con cita previa. En el caso de que vaya en grupo no debe superar las 20 personas.
– También puedes disfrutar de la Visita Virtual
Debod en imágenes
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Fuentes:
– Almagro, Martín: El Templo de Debod. Instituto de Estudios Madrileños, 1971, Madrid.
– http://templodedebod.memoriademadrid.es/pdf/GUIA_DE%20_DEBOD.pdf
– http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Ayuntamiento/Cultura-y-Ocio/Templo-de-Debod?vgnextfmt=default&vgnextoid=46caa0d03aa8b010VgnVCM100000d90ca8c0RCRD&vgnextchannel=0c369e242ab26010VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD&idCapitulo=4976634
Cristina Sendra
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